martes, 14 de septiembre de 2010

Las cosas están cambiando, pero las tareas domésticas ¿se reparten igual?


Habitualmente el trabajo doméstico ha sido desarrollado por las mujeres. En la mayoría de los hogares y familias tradicionales era el hombre, catalogado con el papel de cabeza de familia, el encargado de salir del entorno familiar y realizar un trabajo remunerado con el que hacer frente a los gastos y sustentar a la familia. Mientras tanto, la mujer, relegada al papel de esposa, madre y cuidadora, se encargaba, en la mayoría de los casos, de la realización de las actividades relacionadas con el trabajo doméstico. La mujer, por lo tanto, estancada en el ámbito privado, carecía de poder y, en cambio, el hombre poseía un gran reconocimiento social y gozaba de poder sobre la mujer.

Pero… ¿está cambiando esta situación?

Según estadísticas recientes las mujeres que trabajan afuera dedican más de cuatro horas al día al cuidado de la casa y la familia, mientras que en promedio los hombres dedican poco más de una.

Por qué seguimos pensando que el hogar es asunto de mujeres? ¿De qué forma esto afecta la relación entre las parejas y en consecuencia la estabilidad familiar?






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